Titán: La historia de un perro “agresivo”

Historia de un perro agresivo

Titán: La historia de un perro “agresivo”

En un paseo cualquiera, de una tarde cualquiera, de un día cualquiera, nos encontramos con Titán (el protagonista de esta historia, pero también un perro cualquiera).

Titán era un bonito cruce de American Staffordshire, si bien su DUEÑO nos aseguró que “es puro, lo que pasa es que hay tanto cruce por ahí que la gente se confunde”. Todavía era un cachorrete de unos ocho meses con el que, entre lo que habíamos visto antes de que Titán se acercase a nosotros y lo que el DUEÑO nos dijo en los pocos minutos que estuvimos con él, nos quedó claro que no iban a tener ninguna clemencia…

Unos segundos antes, Titán se había acercado corriendo a nosotros, despreocupado, contento, con esa alegría que solo puede tener un cachorro y de la que tanto nos gusta disfrutar. Pero su DUEÑO no debía pensar lo mismo porque a lo lejos apareció gritando como un auténtico loco “¡que haces! ¡otra vez! ¡no aprendes o qué! ¡A ti te voy a enseñar yo! fueron las primeras palabras que le escuchamos decir… “No te preocupes, no nos molesta, es solo un cachorro”, quisimos decirle, pero él estaba a otra cosa… le cogió por el cuello y por el lomo, le volteó, le tiró al suelo y le apretó contra él con toda su fuerza, mientras el pobre Titán lloraba, aterrado y suplicando que le soltase.

Cuando pudimos salir de nuestra estupefacción, intentamos explicarle que aquello no era una buena idea pero el DUEÑO nos explicó, muy amable pero con el tono de aquel que cree tener un Máster en Etología, que “a los cachorros había que enseñarles desde pequeños; sobre todo con estas razas que son tan fuertes y tienden a ser dominantes”.

Decidimos intentar convencerle de su error, de la forma más sutil que fuimos capaces, porque estaba claro que, con aquel MACHO ALFA, era la única forma de la que podríamos conseguir algo. Finalmente, el DUEÑO volvió a soltar a su perro, que empezó a jugar de nuevo con el resto. De momento Titán trata de montar a Danko, que le muestra que aquello no le gusta; Titán lo entiende y se baja, pero su DUEÑO, como era previsible, no… “veis, ya le quiere dominar…¡tira pa allá que te vas a llevar una h…” y justo en ese momento, Titán se escabulle, va hacia otro perro y le monta también.

Hasta aquí llega la historia real. A partir de aquí, lo que vamos a hacer es predecir lo que, más que probablemente, puede pasar en los próximos años, en caso de que el DUEÑO no cambie su forma de relacionarse con Titán:

No os vamos a aburrir con más detalles. Solo os contaremos que estábamos pasando tan mal, viendo lo terriblemente injusto de aquella situación, que finalmente decidimos irnos, pero, cuando nos habíamos alejado unos doscientos metros, apareció Titán con la misma alegría que antes pero con una carita de “si tu me dices ven, lo dejo todo…” y otra vez la misma escena: el DUEÑO a lo lejos corriendo e increpando a Titán, pero esta vez, según llega, le pega una patada, le coge del collar y se lo lleva prácticamente a rastras… Según se aleja, le decimos que eso no se puede hacer y se gira y dice “no tenéis ni p… idea” a lo que le contestamos que “como le veamos volver a hacer algo parecido, le denunciamos”… (por supuesto, la próxima vez seremos menos didácticos y en lugar de hablar, grabaremos la escena y le denunciaremos, aunque, por desgracia, ya sabemos que de esta forma no tendremos más éxito…)

Hasta aquí llega la historia real. En las próximas líneas, haremos una proyección de lo que, probablemente, acabará sucediendo en el futuro:

Lo más normal es que Titán, un perro fantástico, acabe convirtiéndose en un perro inseguro, con miedo y estresado. Consecuencia de todo ello, empezará a desarrollar distintos “problemas de conducta” (romperá cosas en casa, saltará sobre las personas, se escapará de su dueño, perseguirá bicicletas, ladrará a cualquier cosa, se convertirá en un perro reactivo, o cualquier otro, del amplio abanico de posibles “problemas de conducta”) y se convertirá, a ojos de muchas personas, en otro PPP problemático, que cada vez “necesitará” más mano dura para intentar controlarlo, por supuesto, sin llegar a conseguirlo nunca…

También puede ser (con mucha menos probabilidad) que el DUEÑO haga “un buen trabajo” y Titán acabe siendo un perro totalmente sumiso, muerto en vida, con pequeños “problemas de conducta” o de salud (problemas de piel, digestivos, incontinencia urinaria, etc.) que nunca seamos capaces de relacionar con su DUEÑO, hasta el punto de que la gente piense que este individuo tiene un perro “muy bien educado” y, por supuesto, de que nadie se pregunte si Titán es feliz.

Otra posibilidad que, por suerte, ocurre en un muy bajo porcentaje de casos, es que Titán algún día se sienta amenazado y “decida” que tiene que defenderse de su DUEÑO o simplemente el estrés acabe desencadenando una reacción desmesurada, le muerda e incluso acabe con su vida o, peor aún, que nunca llegue a hacerlo con su DUEÑO pero acabe haciéndolo con cualquier otra persona…

Moraleja: a las personas nos gustan mucho las etiquetas (agresivo, dominante, PPP, etc.) pero la mayor parte de las veces somos nosotros los que transformamos a nuestros perros (a veces en aquello que queremos que sean, pero muchas más en aquello que no queremos o, incluso, tenemos que sean). Titán no es un perro potencialmente peligroso, ni agresivo, como ya se han encargado de etiquetar, aunque seguramente acabe haciendo muchas cosas que nos lleven a pensar que si lo es. Sin embargo, el DUEÑO, que si nos ha demostrado que tiene comportamientos agresivos y que podría etiquetarse perfectamente como IPPP (Individuo Perverso, Patán y/o Peligroso) anda por ahí, libremente, sin ningún tipo de restricción, dando lecciones de educación canina. Pongamos menos etiquetas a nuestros perros, fijémonos más en lo que puede mejorar el animal que está al otro lado de la correa y ambas partes (y, por lo tanto, la relación entre ellas) saldrán ganando con el cambio…

Y recuerda lo más importante… ¡¡No te olvides de disfrutar de tu perro!!

Puedes ver todas nuestras publicaciones siguiendo este enlace.

Jagger, el guapetón de la foto, está deseando demostrarte que es un perro estupendo. Si quieres darle la oportunidad que se merece, puedes ponerte en contacto con Hoope.org:

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: