Tu cuerpo no dice lo mismo que tus palabras. Aprende a comunicarte con tu perro

¿Estás cansado de repetir indicaciones a tu perro sin que éste te haga ningún caso? Seguramente tu perro no es sordo ni te ignora por completo. A lo mejor, simplemente, es que estáis hablando idiomas distintos o, lo que es peor, le estás hablando en dos idiomas al mismo tiempo sin, ni siquiera, ser consciente de ello…

Los perros se fijan mucho más en las señales visuales que les enviamos que en los sonidos que emitimos por lo que de nada servirá que le dediquemos muchas horas a intentar transmitirle algo con nuestra voz si con el cuerpo le estamos diciendo otra cosa…

Por ejemplo, cuando un perro salta sobre las personas, estas le suelen decir «abajo», «quieto» o palabras similares y lo hacen repitiéndolo muchas veces, en un tono que, en lugar de tranquilizarles, les incita a seguir haciéndolo, y a la vez que le apartan insistentemente, le dan toquecitos, etc. Nosotros le estamos diciendo que esté quieto pero él solo está escuchando un sonido constante (quietoquietoabajoquieto….!!) a la vez que ve y siente movimientos y contactos muy rápidos y bruscos por lo que, lo que para nosotros es una indicación para que deje de saltar, para él es una invitación al salto y el juego… Por ejemplo, quedarse quieto, dándole el costado o la espalda, sería mucho más útil que activarle mientras le pedimos lo contrario con nuestras palabras…

Otro ejemplo, muy gráfico, es cuando la gente ve a un perro con miedo y le intenta tranquilizar diciéndole cosas muy bonitas, a la vez que se dirige hacia él, le intenta acariciar la cabeza, etc. El perro, sin embargo, solo está viendo que ese ser al que le tiene miedo, va a por él directamente, diciendo algo que no entiende pero que le recuerda a otras ocasiones similares en las que no ha sucedido nada bueno… Y para rematarlo, se acaba confirmando que no va con buenas intenciones cuando se inclina sobre él para (en la mente del perro) agredirle con un contacto físico para el que no está preparado… Mucho más útil para que el perro entienda que no tiene nada que temer sería agacharse sin acercarse, mirarle fijamente, ni decir nada y dejar que sea él el que se acerque, si es que realmente quiere…

Otro gran clásico es llamar al perro enfadados mientras avanzamos hacia él. Nosotros le estamos ordenando que venga, pero el perro solo ve un individuo enfadado que va hacia él con aparentes malas intenciones…. Os invitamos a observar a vuestros perros y a fijaros en como invitan otros perros a que les sigan o como les alejan cuando les molestan o no se sienten cómodos. En ese momento, entenderéis que lo que les estamos diciendo con la voz, nada tiene que ver con lo que realmente les estamos comunicando…

Hay tantos ejemplos como situaciones se dan día a día con nuestros perros; situaciones en las que les estamos diciendo una cosa en «lenguaje humano» y ellos están entendiendo otra en «lenguaje perro» o no están entendiendo nada…

En dogminancia.com somos muy fans de comunicarnos silenciosamente con los perros (por supuesto también les hablamos pero lo hacemos en momentos muy concretos y teniendo en cuenta lo que creemos que el perro necesita en cada momento). Con ello, eliminamos la utilización de dos lenguajes al mismo tiempo y los problemas de entendimiento que ello genera. Si, además, aprendemos a «hablar y entender perro» y a utilizar nuestro cuerpo de forma consciente para que nuestros movimientos sean reconocibles para ellos, se abre un canal de comunicación, en el que tanto perros como personas ganaremos mucho con el cambio…