No te enfades con tu perro

No te enfades con tu perro

No te enfades con tu perro.

Con mucha más frecuencia de la que nos gustaría, vemos a la gente ENFADARSE con sus perros: porque tiran de la correa, porque cogen cosas que no deben, porque tienen incontinencia, porque no hacen caso, etc.

También vemos como todavía la mayor parte de los educadores caninos justifican el enfado, bien porque son del tipo “a los perros hay que tratarles como lo que son”, bien porque consideran que el enfado es algo natural, inocuo para nuestros perros, que, incluso, “les prepara para la vida real”, etc.

Lo primero que deberíamos saber para determinar si el enfado es bueno o malo para los perros y para nuestra relación con ellos es su verdadero significado (como siempre decimos, el lenguaje es muy importante, cuando nos comunicamos con los perros, pero también cuando nos comunicamos con las personas). La RAE define el enfado como “impresión desagradable y molesta que hacen en el ánimo algunas cosas” o como “movimiento del alma que suscita ira”

Efectivamente, si tenemos en cuenta la primera acepción, parece bastante natural enfadarse y bastante difícil evitar hacerlo en todas la situaciones, incluso podría ser algo inocuo si, como dice la definición, todo queda en nuestro interior, en un sentimiento desagradable, que nos genera malestar. Pero si analizamos la segunda, claramente, hay un paso a la acción por el que no podemos pasar de puntillas…

Si la ira inicia una serie de procesos en nuestro cuerpo y en nuestra mente que nos hacen magnificar las cosas y perder el control o provocan que nuestras reacciones sean desproporcionadas, desencadenando, incluso, reacciones violentas, etc. no creemos que enfadarse, con nuestros perros (al menos, en el sentido de esta segunda acepción) sea bueno ni para ellos, ni para nosotros ni para la relación entre ambos.

Y ese tipo de enfados son los que vemos cada día cuando el perro no acude a la llamada, cuando rompe algo, cuando ladra, cuando monta a otros perros, cuando “nos desafía” o hace algo que sabe que nos molesta… ¡Incluso cuando tiene miedo! Gritos, zarandeos, amenazas, tirones de correa, toquecitos, golpes, etc. son las consecuencias de estos pequeños enfados sin importancia…

¿Estos enfados son inocuos para la relación con nuestro perro? Sin ninguna duda, no, ya que debilitan el vínculo, machacan su autoestima, incrementan su estrés, etc. ¿le enseñan algo, son necesarios para su desarrollo, adaptación al medio, etc.? Afirmar esto, sería como decir que darle puñetazos le servirá para adaptarse mejor a entornos hostiles, a mejorar su resiliencia, le enseñará a encajar mejor los golpes…, etc.

Normalizar el enfado, como una buena forma de relacionarnos con nuestros perros, lejos de mejorar la situación o de ayudarles a cualquier cosa, les machaca, destroza nuestra relación con ellos y lo empeora todo, pero es que, además, es un claro indicativo de que muchas cosas están fallando en esa relación (si entendemos por qué los perros hacen las cosas, si somos capaces de ponernos en su lugar, si sabemos que el enfado no solo no va a mejorar nada, sino que lo va a empeorar, etc. ¿por qué enfadarnos?) y en nosotros mismos (¿por que nos enfadamos? ¿es inteligente? ¿ganamos algo?… ¿o solo nos sirve para “sentirnos mejor”, pensar que tenemos la situación más controlada, aliviar nuestra frustración, liberar tensión, etc.?)

Desde luego que todos tenemos malos momentos, días o incluso rachas y podemos hacer cosas de las que nos arrepintamos pero hay ciertos límites que nunca se pueden tolerar ni justificar (exactamente igual que hacemos con las personas) y el simple hecho de interiorizar que algo no está bien provocará que, la mayor parte de las veces, podamos evitar que ocurra o bien que, en caso de que suceda, seamos capaces de reconocer nuestro error, arrepentirnos y seguir mejorando la relación con nuestro perro, al mismo tiempo que mejoramos como personas.

En resumen ¿es humano y natural enfadarse? Sin duda, pero no por ello podemos llegar a la conclusión de que es algo bueno y debemos normalizar el error (hay muchas cosas que son humanas y naturales pero no están bien y todos deberíamos tener claro que es mejor estar alegre y feliz que enfadado, que si nos enfadamos es mejor que se quede en un sentimiento a que desencadene nuestra ira, etc.), así que olvídate de enfados y de malos rollos y dedica toda esa energía a aprender más sobre perros, a mejorar tu autocontrol, tu empatía y la relación con tu perro, tratar de ser mejor persona…. ¡y a disfrutar de tu perro!

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Eros, el guapetón de la foto, solo quiere demostrarte que es el perro que andas buscando. Si quieres darle la oportunidad que se merece, puedes ponerte en contacto con Hoope.org:

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