¿Puede un perro aprender por imitación?

Puede un perro aprender por imitación

¿Puede un perro aprender por imitación? No solo puede, sino que, si somos conscientes y aprendemos a utilizarla, puede ser una herramienta muy poderosa (si no lo somos también lo puede ser, pero puede que no lo sea en el sentido que nos gustaría…).

Muchos estudios realizados en distintas especies animales han demostrado que todas ellas son capaces de aprender por imitación, pero lo más relevante de todo no es que sean capaces de hacerlo, sino que es una conducta que realizan de forma natural, prácticamente, desde que nacen, para adaptarse al grupo y/o al medio, sobrevivir y mejorar como especie

Muchas personas se preguntarán por qué esto nos parece tan importante y el motivo no es otro más que la convicción de que, como hemos dicho en muchas ocasiones, no seremos muy inteligentes si no somos capaces de aprovechar todas esas cosas que el perro nos ofrece de forma natural… Más aún si, como hemos comentado, esta capacidad de imitación permite una mejor y más rápida adaptación al medio y al grupo (y, por lo tanto, una mejor convivencia), lo que es muy importante en especies sociales como la humana y la canina ya que el bienestar del individuo, su desarrollo… incluso su supervivencia, van a estar directamente relacionados con esta capacidad de adaptación.

Por lo tanto, si los perros, de forma natural, pueden aprender por imitación, no necesitamos enseñarles nada (en nuestro egocentrismo, las personas tendemos a pensar que enseñamos al perro a sentarse, tumbarse, coger cosas, etc. cuando son acciones que ellos realizarían sin ningún tipo de intervención por nuestra parte). Simplemente y resumiendo, tendríamos que aprovecharnos de ese comportamiento natural y “capturarlo”, fomentar o facilitar que lo realicen y luego, si queremos, practicarlo y darle un nombre a la acción.

No es el objetivo de esta publicación enseñaros a utilizar esta técnica con vuestros perros ya que para ello podéis consultar todos los videos que hay en internet, comprar libros… asistir a cursos o contratar los servicios de un buen educador canino (aunque, si vemos que hay interés, en el futuro publicaremos un artículo sobre cómo hacerlo, cómo conseguir que el perro sepa que queremos que nos imite, etc). Nuestro único objetivo con esta entrada es presentaros esta herramienta que podéis añadir a las que ya tengáis para mejorar la comunicación, la relación y el vínculo con vuestro perro .

Como ejemplo, hace unos años asistí a un curso impartido por un gran educador canino, al que también asistía, como alumno, con sus dos perros un profesional de Freestyle (uno de los perros tenía un problema de comportamiento). En un momento dado el profesor le pidió al alumno que enseñase a uno de sus perros, con la técnica que quisiese a apoyar la pata en una silla. Tras un par de minutos probando distintas formas, todos los asistentes podíamos oler que si seguía intentándolo el nivel de frustración de perro y persona (no olvidemos que profesionales y acostumbrados a aprender cientos de trucos) se iban a disparar. El profesor también debió verlo porque se acercó, miró al perro, el perro le miró a él, se agachó y con un lento pero marcado movimiento, apoyó la mano en la silla, miró de nuevo al perro, volvió a hacerlo y, ante la cara de asombro de su guía y de todos los allí presentes, el perro apoyó su pata en la silla con total naturalidad y seguridad de que lo que estaba haciendo era lo que tenía que hacer.

Ese momento se me quedó grabado, no porque el maestro hubiese conseguido que el perro realizase lo que él pretendía que hiciese (algo que, sin duda, su guía también hubiese conseguido en otras circunstancias empleando más o menos tiempo) sino por la sencillez y armonía de lo que presencié y las posibilidades que intuía podía ofrecerme aquel, entonces para mí, desconocido recurso.

Desde entonces lo hemos utilizado para ayudar a perros a vencer el miedo (a cruzar puentes, subir escaleras, entrar en espacios cerrados, etc.), para calmarles, para desviar la atención del perro hacia algo que queremos, para que toquen objetos o mostrarles lo que queremos que hagan, para jugar y divertirnos con ellos… En definitiva las posibilidades que nos ofrece esta técnica son infinitas, sobre todo, si como decíamos la incorporamos a nuestro repertorio y somos capaces de combinarlas con otras, en función de lo que el perro y la situación requieran en cada momento.

¿Puede un perro aprender por imitación? No es solo que los perros puedan aprender por imitación, sino que lo hacen de forma natural y muy rápido ¿Es la panacea? No lo es. Pero es un recurso más que todos deberíamos conocer e incorporar a ese almacén de recursos que podamos utilizar en nuestro día a día, además de ser una buena forma de mejorar el vínculo con nuestro perro (no olvidemos la parte social de este comportamiento) y de divertirnos con él…

Porque recuerda lo más importante…. ¡No te olvides de disfrutar de tu perro!

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