No nos vamos a andar con rodeos: entender la relación con nuestro perro como una lucha de poderes, en la que solo puede ganar uno, es un gran error. Un gran error que generará problemas y conflictos donde, probablemente, antes no los había. Creemos que es mucho mas fructífero, más cómodo y más bonito entender esa relación como una colaboración continua con la que ambas partes tienen que salir ganando que como una batalla en la que solo puede ganar uno.
Muchas personas intentan imponerse a su perro, someterle, demostrarle quien manda, etc. y se pasan el día generando enfrentamientos donde no los hay. Porque donde esas personas ven lucha, los perros, en un primer momento, no ven nada y después, una vez que las personas les introducimos en el campo de batalla, solo ven posibles conflictos que, normalmente, intentan evitar de todas las formas posibles (evidentemente, de las que están al alcance de su pata…).
Si nuestro perro nos gruñe cuando está comiendo, si no acude cuando le llamamos, si tira de la correa, etc. las personas tendemos a pensar que la forma de solucionarlo es imponiéndonos y haciendo que entienda que la comida nos pertenece y somos nosotros los que se la damos cuando queremos, que es su obligación venir cuando le llamamos o que nosotros podemos tirar más que él de la correa…
¿Y nuestro perro que piensa mientras tanto? Que le queremos quitar la comida, que no nos enteramos de que nos está lanzando señales de calma y no piensa acudir hasta que nos calmemos o que tiene que escapar de esa correa que no le deja libertad de movimientos y, además, le está haciendo un daño terrible…. Todas ellas, percepciones más relacionadas con el miedo que con el enfrentamiento.
Pero nosotros seguimos en pie de guerra y en lugar de pararnos a analizar por qué están pasando las cosas, nos metemos en una estúpida batalla en la que ni siquiera nos damos cuenta de que estamos luchando contra nosotros mismos, porque la otra parte sigue tratando de evitar el conflicto…
Y claro, si ya te has metido en una larga guerra en la que, además, sometes sin piedad a la otra parte y no eres capaz de aflojar en ningún momento porque ni siquiera ves las “banderas blancas que te muestra el enemigo” ¿que pasará si ese perro sumiso, que ha aguantado estoicamente hasta el momento, decide defenderse?
No, no es buena idea luchar contra nuestros perros. En esa lucha, lo máximo que podremos obtener es un perro vencido pero ¿es lo que queremos? ¿y si no somos nosotros los que ganamos? No creemos que merezca la pena conseguir ese objetivo ni correr ese riesgo.
Sin embargo, la alternativa que supone esforzarse por entender a tu perro, tejer una red de confianza y respeto con él, etc. puede suponer trabajo, no lo negamos, pero será un trabajo mucho más enriquecedor y bonito, un trabajo que, sin darte cuenta, te hará conseguir esos objetivos o al menos aproximarte mas a ellos, siempre sin perder de vista que el simple hecho de recorrer el camino, olvidándonos de batallas y guerras, ya habrá merecido la pena…
Porque recuerda lo más importante… ¡¡¡No te olvides de disfrutar de tu perro!!!!
Puedes ver todas nuestras publicaciones siguiendo este enlace.
Ulloa, la pequeña de la foto (foto de Fotopets), no quería luchar, pero aún así le dejaron atada en un banco con fractura de mandíbula y de una pata. Si quieres darle la oportunidad que se merece, puedes ponerte en contacto con Hoope.org:
- Si quieres adoptar o acoger a uno de sus animales (http://hoope.org/adoptar/), escribe a cpa.torrejon@hoope.org poniendo en el concepto “nombre del animal”
- A partir de 10€ al mes puedes apadrinar http://hoope.org/padrinos/
- Por tan solo 1€ al mes puedes hacerte teamer: https://www.teaming.net/asociacionprotectoradeanimaleshoope
- A partir de 6€ al mes puedes hacerte socio: http://hoope.org/es/alta-socios/
- Si quieres realizar un donativo puedes hacerlo en:
> BANCO SABADELL: ES74 0081 7126 3800 0124 8130
> ING DIRECT: ES87 1465 0100 9719 0022 3223
> PAYPAL: info@hoope.org