Una vez mas los perros están en las primeras páginas de los periódicos y, también, una vez más lo están por algo negativo. Sabemos que a mucha gente no le va a gustar lo que vamos a decir pero, en esta web que pretende ayudar a mejorar la forma en la que las personas nos relacionamos con los perros, nos vemos en la necesidad de hacerlo.
Sin quitarle ninguna importancia a las muertes de personas en las que se ven implicados perros, vamos a dar algunos datos estadísticos de España, en el año 2016 (último año del que hemos encontrado datos fiables), que nos hacen dudar de que tanta alarma y tanta cobertura en los medios de comunicación estén justificados:
- Número total de muertes: 410.611
- Numero de muertes causadas por perros: 4
- Numero de muertes causadas por otros mamíferos: 24
- Número de muertes causadas directamente por personas (asesinatos): 292.
- Número de muertes causadas por suicidios: 3.569
- Número de muertes causadas por caídas accidentales: 3.119
- Número de muertes por ahogamiento: 2.732
- Muertes por excesiva exposición al frío o al calor: 51
- Numero de muertes por accidentes de trafico: 1.890
Son solo algunos datos, a los que habría que sumar todos los muertos por enfermedades y otras causas en las que las personas tenemos mucho que ver, directa o indirectamente. Y repetimos: no le quitamos ninguna importancia a que haya muertes en las que se ven implicados perros. Una sola muerte ya nos parecería demasiado. Precisamente porque nos preocupan y porque pensamos que se podrían evitar, estamos escribiendo estas líneas.
Porque sabemos que tiene mucho más morbo hablar de razas asesinas, de fieras musculosas con colmillos afilados y carácter irreductible, que hablar de perros encadenados, encerrados en jardines o parcelas, sin atender sus necesidades básicas, con nulo vínculo con sus dueños y “educados” con mano firme desde el miedo (bidireccional) y la ignorancia.
El morbo genera interés y el interés genera dinero y entonces salen a hablar pseudo expertos que hablan de cruces entre razas que son bombas de relojería, de razas que requieren firmeza y mano dura, etc. con el único interés de conseguir publicidad para sus negocios y seguir llenándose los bolsillos con el miedo (tenemos que reconocer que por primera vez hemos visto que en los medios entrevistaban a algún buen profesional hablando sobre el tema. Ha sido un porcentaje insignificante y constantemente les intentaban derivar hacia el morbo, pero ya es un comienzo…).
Mucha gente nos llamará oportunistas pero nada más lejos de la realidad. Justo hace una semana publicábamos un relato ficticio denunciando la situación real de muchos perros y las consecuencias fatales que siempre tiene para muchos de ellos y que algunas veces también tiene para las personas. Otras muchas veces hemos hablado sobre la genética de los perros o la peligrosidad de las razas catalogadas como potencialmente peligrosas, la necesidad de proteger a los perros de situaciones que les incomodan, etc.
Por desgracia no es oportunismo. Es que ese morbo y ese interés de los que hemos hablado generan alarma social que a su vez genera cambios en la forma en la que las personas se relacionan con los perros. Y al final se crea una espiral de miedo de la personas a los perros y de los perros a las personas y ese miedo es el que, la mayor parte de las veces, está detrás de estos ataques en los que el perro entiende que no le queda otra alternativa más que defenderse ante algo que él considera una amenaza.
¿Cuantos perros atacarían a alguien que les entiende, les respeta y con el que tiene un buen vínculo? ¿Detrás de cuantos perros que atacan a personas hay una relación basada en las correcciones y/o ha habido aislamiento, nula socialización, maltrato (en cualquiera de sus formas), mala comunicación, desconocimiento…? ¿En las mismas manos y circunstancias, se podría generar el mismo problema, por ejemplo, con un Pit Bull, un Labrador o un Pastor Alemán? Son solo algunas de las preguntas que podríamos hacernos.
Si realmente queremos evitar más muertes, dejemos el morbo a un lado y dirijamos la mirada hacia la dirección correcta. Se supone que somos una especie desarrollada, entonces, dejemos de cargar la responsabilidad en esos seres brutos, carentes de sentimientos y tan alejados de nuestro nivel de inteligencia; dejemos de alimentar el problema y asumamos y corrijamos nuestros errores.
Nos parece más lógico, fácil y eficaz que demonizar razas o tipos de perro, además de que daría sus frutos casi desde el primer minuto pero, claro, requiere más autocrítica, responsabilidad y esfuerzo por nuestra parte…
Mucha gente, cuando ve a Sam (el perrete de la foto), ve a un perro peligroso. Nosotros solo vemos estrés, cansancio, tristeza y confusión. Los humanos le hemos hecho daño, pero aún así, sigue esperando cosas buenas de nosotros. Si quieres darle la oportunidad que se merece puedes ponerte en contacto con Hoope.org.
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