La mayor parte de los artículos que se publican en la red sobre la relación entre perros y humanos y los problemas que surgen en ella se centran en la educación del perro. Del mismo modo, cuando nos consultan sobre algún problema con algún perro, las personas quieren saber por qué hace esto, como evitar que haga esto otro… y nos hacen preguntas como: ¿mi perro es agresivo? ¿por qué no viene cuando le llamo? ¿por qué me rompe el sofá?…
Cuando hay problemas, toda la atención de las personas se centra en los perros y, por lo tanto, también toda la culpa se dirige hacia ellos… y es, cuanto menos, curioso porque la mayor parte de las veces hablamos de “problemas” que nuestros perros no tendrían si no conviviesen con nosotros: si los perros no viviesen con personas no tendrían ninguna correa de la que tirar, ninguna llamada a la que atender, ningún sofá que romper…
Obligamos a los perros a vivir de una forma totalmente antinatural para ellos y además pretendemos que no nos generen ninguna molestia y que sean esos perros equilibrados e idílicos que nos venden en la televisión…. y ellos se esfuerzan, de una forma asombrosa, por conseguirlo pero en muchas ocasiones ni siquiera son capaces de entender lo que queremos transmitirles o lo que esperamos de ellos, a la vez que nosotros seguimos exigiéndoles y exigiéndoles sin tener en cuenta que, la mayor parte de las veces, ni siquiera están preparados emocionalmente para realizar eso que pretendemos. Y, mientras tanto, nosotros ¿que les damos? ¿que esfuerzos hacemos por entenderles? ¿como favorecemos su convivencia con nosotros?
Mucha gente pensará que (en el mejor de los casos) nosotros, las personas, les facilitamos agua, comida, una cama para dormir, les paseamos, etc. Pero, nuevamente, nuestro egocentrismo nos traiciona porque todas esas cosas los perros las podrían conseguir sin necesidad de vivir con nosotros… Evidentemente, muchas de ellas, las consiguen con más facilidad o comodidad conviviendo con los humanos (por eso se acercaron a nosotros hace miles de años) pero ¿realmente les compensa vivir con nosotros? Sinceramente, creemos que, hoy en día, en la mayor parte de los casos, no es así.
Vivir con humanos, muchas veces, les genera un daño emocional que es difícilmente compensable. Imaginaos lo que sería vivir todos los días con alguien que no solo habla otro idioma, sino que no hace ningún esfuerzo por entenderte y además se enfada contigo porque no le entiendes, a pesar de que tú si te esfuerces por hacerlo…. Imaginaos además que, la otra persona, cada vez que se frustra porque no le entiendes te castiga o, lo que es peor, a veces te premia y otras te castiga… ¡que angustia!
Por eso deberíamos poner mas esfuerzo en educar a las personas y menos en educar a los perros. Porque ellos si que están poniendo de su parte para comprendernos y aunque muchas veces, a pesar de lo mal que lo hacemos, lo consiguen, otras muchas nos malinterpretan (cuando les pedimos que vengan y ellos solo perciben que estamos enfadados, cuando les pedimos calma y ellos entienden todo lo contrario, etc.) ¿Y nosotros? Nosotros no sabemos nada sobre ellos. La mayor parte de la gente no se para a pensar en que los problemas de sus perros puedan estar provocados por su forma de relacionarse con ellos, ni sabe interpretar su lenguaje corporal, identificar las cosas que les motivan o las que les hacen daño, etc.
Por tanto, deberíamos dedicar muchas menos energías a educar a nuestros perros y muchas más a aprender y educarnos nosotros mismos. Detrás de un perro bien educado (como nosotros entendemos esa educación), siempre hay una persona bien educada. No se trata de llevar a un perro junto todo el rato, ni de que responda a nuestra llamada como un robot. Se trata de convivir con un perro que “confía en si mismo y que vive en armonía con el entorno”, que confía en ti porque te entiende y porque sabe que tú también le entiendes y le ayudas cuando lo necesita, que no le llamas constantemente para interrumpir eso tan divertido que está haciendo sino que solo lo haces para algo realmente importante, ayudándole, el resto del tiempo, a desarrollarse y disfrutar, a la vez que tú también aprendes y disfrutas de él…
¿Educación canina? Sí, pero invirtamos menos tiempo en educar a los perros y dediquémosle más a educarnos a nosotros mismos. Nuestros perros lo agradecerán y, aunque a muchos les parezca increíble, nosotros también….
Y recuerda lo más importante… ¡¡¡No te olvides de disfrutar de tu perro!!!!
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