Speaky: El perro al que solo le faltaba hablar

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Speaky era un perro con suerte. Tras pasar por dos abandonos en su primer año de edad, nadie hubiese pensado que el azar podría llegar a sonreirle tanto. Desde hacía dos años, vivía con una familia maravillosa, que le quería con locura, le daba paseos por el campo… Ya casi no recordaba aquellos terribles primeros meses. Casi…

Nadie sabía por que Speaky había sido abandonado con tan solo tres meses pero el caso es que lo fue y que en poco mas de tres semanas, ya estaba viviendo con una familia que, cinco meses mas tarde, acabaría devolviéndolo a la perrera porque ladraba mucho. Caprichos del destino, aquel ladrido desesperado, que calaba hasta lo mas profundo del alma, fue el que hizo que su familia definitiva se fijase en él. Aquella fue una de las pocas ocasiones en su vida en las que Speaky se sintió entendido.

Porque Speaky era un perro terriblemente listo, que, de forma innata hacía cosas que asombraban a los humanos. Con esa arrolladora perronalidad, era capaz de conseguir llamar la atención de cualquiera y de obtener caricias, comida, juego, etc. cuando quería. Todo el mundo que le conocía decía que solo le faltaba hablar y su familia no podía estar mas orgullosa de él y feliz por haberle integrado en sus vidas.

Solamente había una cosa que le hacía no estar tan bien como debería en aquella familia: ellos tampoco le entendían… y aquello era algo que le hacía sentirse muy mal. Porque ellos no le gritaban ni le pegaban y habían conseguido que estuviese mas tranquilo y seguro la mayor parte del día pero Speaky no podía evitar relacionar aquellos momentos en los que se sentía ignorado o incomprendido con sus primeras familias y con todo lo que sufrió con ellas.

Ya no ladraba tanto como cuando estaba en aquellas casas o en la perrera pero cuando lo hacía solo obtenía dos tipos de respuesta: o le ignoraban o le hablaban mucho y se enfadaban. El ya sabía que esos enfados no irían a mayores como pasaba en sus primeras familias pero ¿por qué le ignoraban? ¿acaso no le entendían? ¿que decían cuando hablaban?

Speaky no ladraba siempre por las mismas cosas, ni lo hacía siempre de la misma manera. Cuando estaba excitado porque iba a salir a la calle ladraba de una forma, cuando tenía miedo a quedarse solo lo hacía de otra, igual que lo hacía de un modo distinto cuando les suplicaba que le tirasen una y otra vez la pelota… daba igual como y por qué lo hiciese ¡no le entendían! Porque, además, cuando se enfadaban y él se sentaba de espaldas a ellos o se tumbaba de lado mientras movía tímidamente la patita ¡Aquella gente se reía!  Y decían que era un granuja al que solo le faltaba hablar pero, a pesar de esforzarse mucho, Speaky no era capaz de entender lo que decían. Tampoco le importaba  mucho porque él les quería y  haría lo que fuese porque aquél fuese su hogar definitivo. Aquel era un buen sitio para vivir y aquellas eran unas muy buenas personas, aunque eso no evitaba que muchas veces Speaky pensara que no debían ser muy listas….

¡No se enteraban de nada! Y no solo pasaba con los ladridos sino que sucedía en todo tipo de ocasiones, como cuando paseaban por la calle y le obligaban a cruzarse con un perro que le daba miedo. Speaky intentaba huir, se movía inquieto, se relamía, bostezaba… y ellos solo decían mientras se reían: ¡vamos Speaky, no seas tonto, vamos! O cuando se aproximaban de frente a un perro y él empezaba a trazar una curva para saludarle de forma educada… ¡siempre aquel tirón en la correa que le obligaba a ir de frente hacia aquel pobre perro que se volvía loco en cuanto Speaky se aproximaba! Definitivamente, aquellas personas no eran muy listas ¡No solo no entendían a Speaky sino que no entendían nada de lo que el resto de perros les decían!

¿Speaky era feliz con aquella gente? Sin duda. Le habían sacado del infierno y nunca les estaría suficientemente agradecido ¿podía serlo mucho mas? Indiscutiblemente. Y no es que necesitase gran cosa. Solamente necesitaba que aquellas personas que siempre decían que era muy listo y que solo le faltaba hablar se diesen cuenta de que a Speaky no le hacía ninguna falta hablar, solo necesitaba que alguien se esforzase en entenderle, como él hacía constantemente con ellos….

Moraleja: Por muy listo que sea, tu perro no habla ni lo hará nunca pero si que intenta comunicarse constantemente contigo y realiza un terrible esfuerzo por entenderte. No es que a tu perro le falte hablar, es que a ti te falta «hablar» perro (comunicarte bien con él es mucho mas fácil de lo que imaginas…. no dejes de informarte, aprender e intentar ponerlo todo en práctica. Si nunca lo has hecho, descubrirás una forma de relacionarte con los perros que no imaginabas que pudiera ser posible).

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