El juego: Importancia en la relación con tu perro y fallos comunes

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A todos nos gusta jugar, divertirnos… mas aún cuando lo hacemos con personas a las que queremos o con las que nos sentimos cómodos. Eso no significa que a todos nos guste hacerlo de la misma forma ni con la misma gente, ni mucho menos que todos los tipos de juego nos vengan bien… A nuestros perros les pasa exactamente lo mismo.

¿Nos paramos alguna vez a pensar en el tipo de juego que nuestro perro necesita? Generalmente no. Poca gente se preocupa de pensar en el tipo de juego que a su perro le viene bien. Es mucho mas habitual que pensemos en lo que necesitamos nosotros: por ejemplo, tenemos quince minutos para “cansar” al perro antes de irnos a trabajar así que le tiramos la pelota muchas veces (es cómodo y además pensamos que así estará mas tranquilo cuando nos vayamos). Primer error.

¿Somos buenos compañeros de juego para nuestros perros? Difícilmente podemos serlo si, como decíamos en el punto anterior, solo pensamos en lo que a nosotros nos gusta o nos viene mejor, en lugar de pensar en lo que nuestro perro necesita o, al menos, en buscar un equilibrio entre lo que ambas partes necesitan. Los juegos mas habituales que realizan las personas con sus perros son tirarle algo para que vaya tras ello o agarrar algún objeto por un extremo para que nuestro perro tire del otro. Estos juegos, en general, no son los mejores que podemos realizar con nuestros perros (al menos si pensamos en su bienestar… y también en el nuestro.). Segundo error.

Ejercicios de “obediencia” ¿juego o tortura? En muchos libros, páginas web, etc. nos  recomiendan los ejercicios de “obediencia” (sienta, junto, quieto, aquí, etc.) para “cansar” al perro y para mejorar el vínculo con él. Efectivamente, bien ejecutados y con la actitud adecuada, pueden ser una de las mejores armas para mejorar el vínculo con nuestro perro, para divertirnos con él y para tener un perro relajado y equilibrado (que no cansado). Si lo hacemos como un juego y de la forma correcta, con conocimientos sobre como aprenden los perros, dedicándole el tiempo justo, etc, conseguiremos nuestro objetivo y mejoraremos el vínculo con nuestro perro a la vez que mejoramos la convivencia con él y su bienestar. Por el contrario, el simple hecho de tratarlos como ejercicios de OBEDIENCIA, ya puede empezar a desvirtuar nuestro objetivo y acabar en sufrimiento para perro y humano. Tomarnos  estos ejercicios como algo muy serio, presionar al perro, ponernos nerviosos, etc. solo conseguirá desquiciarnos, que estresemos a nuestro perro y que debilitemos el vínculo con él. Tercer error.

Juego con otros perros: Por mucho que nos empeñemos, nunca podremos jugar con nuestros perros, como lo hacen entre ellos (aunque con unos pocos conocimientos y si nos lo proponemos, en muchos casos, podríamos ser un buen sustitutivo). Es algo fundamental para ellos y de lo que, salvo en casos muy concretos, nunca les deberíamos privar. Pero ¿que pasa si esos compañeros de juegos no son los mejores? Lo que pasará es que será peor el remedio que la enfermedad (Sí. el famoso dime con quien andas y te diré quien eres también podemos aplicarlo a los perros…). Es una escena que vemos todos los días: grupos de perros desequilibrados, con sus humanos (culpables de todo, aunque no lo sepan) charlando a su lado, indiferentes, hasta que surge algún conflicto (disputa por una pelota, caricia a uno de los perros en un momento equivocado, etc.) y los humanos acaban gritando, regañando o corriendo detrás de algún perro…  Cuarto error.

Tiempo de juego:  En general, cuando jugamos con nuestro perro (habitualmente siempre a un mismo tipo de juego, ya sea tirar la pelota, correr, hacer ejercicios de obediencia….), tendemos a alargarlo demasiado (provocando cansancio, estrés, demasiada excitación, frustración…). Sería mucho mejor intercalar distintos tipos de juego en periodos de tiempo mas breves, con lo que conseguiríamos estimular y no aburrir y saturar a nuestro perro, además de un mejor aprendizaje. Además, no deberíamos estandarizar y utilizar el mismo tiempo para un tipo de juego que para otro, debiendo adaptarse éste, además de al tipo de juego que estemos realizando, a las circunstancias, las características y/o el estado del perro, de la persona, etc.  Quinto error.

El juego es fundamental para el desarrollo y bienestar del perro, a lo largo de toda su vida, por lo que deberíamos darle mas importancia de la que normalmente le damos e ir adaptando estos juegos a cada etapa y a las necesidades de cada perro/persona (siempre es necesario encontrar un equilibrio entre las necesidades de ambos si queremos que la relación funcione). A mucha gente le parecerá un tema poco importante pero a nosotros nos parece tan fundamental que en esta publicación solo hemos querido hacer una introducción al tema y en el futuro le dedicaremos mas publicaciones, colgaremos vídeos, etc.

Un juego de calidad ayuda a nuestro perro a sentirse mejor, a ser mas seguro, estar más calmado, mas feliz, etc. Éstas son razones suficientemente poderosas como para que le demos al juego la importancia que se merece, pero, además, un juego de calidad provocará que nosotros tengamos menos problemas con nuestro perro, mejoremos el vínculo y disfrutemos más juntos, que seamos mas felices… ¿no crees que merece la pena dedicarle un poco mas de esfuerzo?

Y recuerda lo mas importante… ¡¡¡No te olvides de disfrutar de tu perro!!!

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Cuba, la juguetona de la foto, solo necesita poder compartir sus juegos y el resto del día a día con una familia que la quiera como se merece. Si quieres darle esa oportunidad puedes ponerte en contacto con Hoope:

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