La semántica es muy importante (también) cuando hablamos sobre perros.
En los últimos tiempos hemos dedicado algunas publicaciones a temas que mucha gente pensará que poco tienen que ver con la educación canina y, seguramente, dependiendo del punto de vista desde el que se mire, sea así, aunque, en nuestra opinión, muchas de las cosas que decíamos en ellas pueden ayudar más a mejorar la relación entre perros y humanos que todas esas explicaciones técnicas (en muchos casos, además, bastante desacertadas) que podéis encontrar en muchas páginas web.
En algunos de esos casos, se nos acusó de derivar el análisis hacia una vertiente semántica como si ésta fuese una cuestión menor y alejada de la relación con los perros pero, si siempre decimos que la comunicación es muy importante cuando nos relacionamos con nuestros perros, sería bastante incoherente restarle importancia cuando somos los humanos los que nos comunicamos y, además, lo hacemos para hablar sobre ellos… Ya lo dice una famosa canción: “No es lo mismo arte que hartar. No es lo mismo ser justo que que justo que va… es distinto….”.
A continuación algunos ejemplos que, creemos, reflejan la importancia que tiene cuidar el lenguaje (también) cuando hablamos sobre perros:
- No es lo mismo tener un perro relajado que tener un perro cansado.
- No es lo mismo humanizar al perro que tratarle como si fuese un humano.
- No es lo mismo un perro sumiso que un perro con miedo.
- No es lo mismo un perro con ansiedad por separación que un perro solo y aburrido en casa.
- No es lo mismo un perro agresivo que un perro que se defiende ante una amenaza.
- No es lo mismo premiar a tu perro que darle trocitos de salchicha.
- No es lo mismo un perro dominante que un perro estresado.
- No es lo mismo decir que educas “en positivo” que demostrar que educas “en positivo”.
- No es lo mismo ser muy popular que saber mucho de perros.
- No es lo mismo salir a pasear con tu perro que sacar al perro a pasear.
- No es lo mismo ignorar al perro que comunicarse con él (aunque sea para decirle que en ese momento no queremos interactuar con él).
Como imaginaréis, son infinitos los ejemplos que podríamos poner para demostrar que la semántica si que es importante cuando hablamos de perros. Son muchas las confusiones generadas por una mala utilización del lenguaje. En muchos casos, además, estas confusiones no se producen de forma accidental sino que han sido cuidadosamente provocadas (por ejemplo, cuando decimos que un perro es dominante, agresivo, etc. ya tenemos un salvoconducto para echarle la culpa de todo si nuestra ineptitud no consigue mejorar el problema o, incluso, consigue empeorarlo, más aún, si el que lo hace es un profesional…).
Aprender a relacionarnos mejor con nuestros perros es, muchas veces, un proceso largo, en el que progresivamente vamos cambiando unos automatismos por otros, aprendemos a analizar mejor las situaciones, a entender mejor a nuestro perro y entender lo que necesita en cada momento, etc. Cuidar el lenguaje cuando hablamos de ellos es algo mucho más fácil, que podemos poner en práctica de manera inmediata y que les reportará grandes beneficios desde el primer instante (por ejemplo, si ese alto porcentaje de personas, páginas web, etc. que habla de perros dominantes y sumisos para explicar cualquier comportamiento de los perros dejase de hacerlo, muchos perros recibirían un trato distinto desde el primer momento ya que, por ejemplo, las personas que adoptasen un perro por primera vez en su vida, tratarían, de inicio, la relación con sus perros de otra forma, sin verse influenciados por la seguridad con la que hablan todos esos expertos de los que, evidentemente, un “novato” no osaría dudar).
La semántica (también) es muy importante cuando hablamos de perros. Por supuesto que no es suficiente con cambiar o cuidar el lenguaje pero si es lo mas fácil y es algo que solo depende de cada uno de nosotros… ¿por qué no empezamos por ahí?
Y recuerda lo más importante….¡No te olvides de disfrutar de tu perro!
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Bruno, el pequeño de la foto no sabe nada de semántica, lo único que sabe es que quiere encontrar ese hogar que tanto necesita. Si quieres darle la oportunidad que se merece, puedes ponerte en contacto con Hoope.org:
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