¿Es la genética de nuestros perros tan importante en su comportamiento?

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Últimamente hemos leído varios textos muy interesantes sobre la importancia de la genética en el comportamiento de los perros. Estas lecturas nos han llevado de nuevo a reflexionar sobre un tema de vital importancia, por todo lo que implica, decantarse en un sentido o en otro, para el bienestar de los perros y para la relación de las personas con ellos. Así que hemos decidido mojarnos y plasmar nuestra opinión en esta publicación (opinión desde el punto de vista del comportamiento canino y de la relación perro/humano, ya que técnicamente habrá gente mucho mas cualificada para dar su opinión que nosotros) .

¿Es la genética importante en el comportamiento de nuestros perros? Por supuesto, pero mucho menos de lo que mucha gente cree. Los genes de nuestro perro serán el material de partida, la base sobre la que se construirá todo lo demás. Si nuestro perro es un Labrador, podrá tender a transportar cualquier cosa que encuentre por la calle, a comer hasta reventar o a tirarse a cualquier charco que pille por la calle, si es un Border Collie,  podrá tender a pastorear a todo aquello que se mueva, a tener un nivel de actividad alto, etc.

¿Eso quiere decir que podemos saber como será nuestro perro por la raza que tenga? Ni mucho menos. Mucha gente nos dice, por ejemplo, que va a comprar un Bóxer o un Labrador porque son los mejores perros con los niños y, cuando les intentas explicar que deberían pensar en algo mas, te dicen que lo tienen claro y que han leído que es imposible que un labrador puro muerda a un niño… (si tuviesemos emoticonos, aquí pondríamos muchas caras de asombro). Y que decir de los mal llamados PPP…. perros asesinos que están «diseñados» genéticamente para matar, que cuando muerden no sueltan a su presa…. Muchas falsas creencias que se desmontan observando y/o conviviendo con perros. Muchos de los perros mas equilibrados que hemos visto en nuestra vida han sido catalogados como PPP, solo por haber nacido con unas características determinadas…

Por lo tanto, lo primero que tendríamos que hacer, si creemos que la genética es tan importante, es informarnos de las características reales que podrían marcar a nuestro perro (ya sea por su raza o por los cruces que podamos intuir, en el caso de que sea mestizo) olvidándonos de mitos y buscando en fuentes fiables. Cuanta mas información obtengamos de nuestro perro o futuro perro, mejor (aunque si no la tenemos, como explicaremos más adelante, no pasará nada, ni mucho menos)

Vamos a suponer que hemos escogido una raza o unas características que supuestamente se adaptan perfectamente a las nuestras y a nuestro estilo de vida ¿ya lo tenemos todo hecho? Como ya sabréis, la respuesta es no ¿Cuanta gente en los últimos tiempos ha comprado un fantástico Braco de Weimar porque son gente activa guapa y dinámica que necesitaban un perro con las mismas características (runners de moda que buscan, también un perro de moda) para que al final el perro haya acabado en la perrera? ¿cuanta gente elige un Yorkshire porque es un perro muy «cuqui», que no da ningún problema y lo podemos llevar a todos sitios o sacarle poco tiempo a pasear? Y al final el pobre perrete acaba desquiciado porque nadie cubre sus necesidades ni le trata como a un perro…

Justo en este punto es en el que tenemos que hablar de la epigenética que, simplificando, no es otra cosa que la relación de los genes con el ambiente o el entorno. Como hemos dicho anteriormente, los genes son importantes en el comportamiento de nuestro perro, pero lo es mucho más la forma que tengamos de relacionarnos con él, de educarle y otros muchos factores que pueden influir en su comportamiento por lo que, lo que determinará en mayor medida como sea nuestro perro, no será ni una cosa ni la otra, sino esta relación entre lo que lleva dentro el perro, su entorno y la forma de interaccionar con él. Ejemplos reales:

  • American Stafford que iban a sacrificar porque había agredido a varios perros y personas: a este perro se le sacó de la perrera y se le llevó a un entorno «amable», se trabajó para reducir su nivel de estrés y para cambiar algunos comportamientos aprendidos. En pocas semanas Reme era otra perra y hoy en día vive con una familia con niños. Nadie que no conozca su historial previo podría llegar a pensar que ese pedazo de pan haya podido alguna vez llegar a morder a alguien.
  • Cruce de Sharpei con Pastor Belga: Perra muy activa tratada por infinidad de adiestradores y con problemas de reactividad. Todos ellos determinaron que era una perra con dificultades para aprender obediencia, que en cualquier momento podría agredir a alguien y que había que tener firmeza con ella. Realmente Gara se había convertido, por la vida que le había tocado vivir,  en una perra insegura pero era, de forma innata, una perra con unas  ganas de «trabajar» y unas cualidades para aprender increíbles. Cualidades que se empezaron a ver en cuanto empezamos a trabajar en bajar su nivel de estrés, en mejorar su confianza, en conocer y respetar los mensajes que constantemente enviaba, exponiéndola solo y progresivamente a aquellas situaciones que iba siendo capaz de gestionar, etc.

Como siempre decimos en nuestras publicaciones,  la educación canina no son 2+2=4. Es importante conocer al perro, igual que es importante conocer a su «compañero de dos patas», su entorno e infinidad de factores que influirán en  su comportamiento. Todo es importante y puede que en cada caso particular haya algún factor que pese más que el resto pero nos atrevemos a decir que, en la mayor parte de los casos, si no en todos, la genética, por si sola,  no es ni mucho menos el factor más importante en el comportamiento de un perro.

¿Cuando será más importante la genética?  Cuando metas al perro en problemas, cuando le sometas a estrés y/o a presión, cuando no le quede otra opción que tirar de lo que lleva dentro. Pon un galgo en una tranquila familia de ciudad y probablemente sea el perro más sedentario del mundo, solo pendiente de buscar un  hueco en tu sofá, llévale a una casa de campo, enciérrale durante días en un chenil suéltale y tendrás un perro “loco” por correr, cazar y pelearse con sus compañeros de caza. Adopta un PPP, dale cariño, tranquilidad, cubre sus necesidades, trátale como a cualquier otro perro y tendrás un perro como cualquier otro, con sus características particulares, como las tienen todos los perros. Dale caña, ponle un collar de pinchos, no le socialices, hazle entender que tiene algo que temer o algo que proteger… y tendrás el perro que tanto te repiten que es y que tanto temes.

No, en general,  no es la genética lo más importante. Lo es más la forma en la que nos relacionemos con nuestro perro, su entorno y la forma en la que éste lo perciba todo. Es mucho más habitual de lo que mucha gente piensa ver buenos perros que en malas manos han pasado a ser “malos perros” y “malos” perros que dejan de serlo solo por cambiar algunos hábitos, rutinas, elementos del entorno, etc.

Así que ya sabes, no juzgues a tu perro por su aspecto, su raza  o por lo que te hayan dicho que es porque no dudes que él será mucho más justo y solo te juzgara por como le trates y por la forma que te relaciones con él.

Y sobre todo recuerda lo más importante… no te olvides de disfrutar de tu perro!!

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