¿Collar de castigo para perros? No, gracias

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En los últimos días nos han llegado varios casos de gente que estaba empezando a utilizar collares de pinchos, de ahorque o eléctricos con sus perros (en algunos casos, incluso cachorros) porque se lo había recomendado un adiestrador, les habían dicho que era lo mas efectivo o habían visto en internet que era la mejor forma de tener controlado a su perro. Por este motivo, hemos decidido escribir este artículo que esperamos ayude a disuadir del uso de este tipo de collares a esas personas que no tienen toda la información y creen que están haciendo lo mejor para educar a sus perros (esto vuelve a retrasarnos en el abordaje de otros temas que consideremos imprescindible tratar, pero creemos que merece la pena hacerlo).

El uso de este tipo de collares está prohibido en muchos países y en algunas comunidades españolas. Es evidente que cuando se ha tomado una medida como esta es porque, digan lo que digan sus adeptos, estos collares infligen dolor, miedo, etc. a nuestros perros, es decir, maltrato, y porque en muchos países se ha demostrado que la utilización de este tipo de collares (y/o de otro tipo de castigos) aumenta el índice de agresiones de perros a personas o a otros perros.

No nos vamos a engañar. Un collar de castigo utilizado por alguien que sepa utilizarlo puede funcionar en muchos perros (si llamamos funcionar a tener un perro que nos obedezca por miedo). Pero no es menos cierto que, en la mayor parte de los casos, no son manos expertas las que lo utilizan y que generalmente se utilizan en perros en los que ya se ha detectado algún problema, por lo que el uso del collar de castigo conlleva mas perjuicios (y sobre todo mas graves) que beneficios.

Estos son algunos motivos por los que no deberíamos utilizar un collar de castigo:

  • Genera dolor, ansiedad, miedo, etc. en el perro: Esto, además de suponer un maltrato al animal puede desembocar en graves problemas de conducta (reactividad, agresividad, etc.) y en problemas físicos (en cervicales, tráquea, ganglios, etc.).
  • Puede generar asociaciones indeseadas: Por ejemplo, si cada vez que me cruzo con un perro o con una persona el perro siente molestias o dolor, nuestro perro  puede asociar ambos hechos por lo que se puede volver reactivo hacia perros y/o personas.
  • Es muy fácil utilizarlo de forma incorrecta: La persona que utiliza un collar de castigo, está tratando el síntoma, no el problema y, por lo tanto, vuelca todas sus esperanzas en el collar en lugar de analizar cuales son los motivos que originan que el perro tire. Por lo tanto, es probable que se utilice de forma que el perro acabe acostumbrándose a él, que el timing no sea el correcto, que nos pongamos nerviosos, etc.
  • Se deteriora el vínculo con el perro: El paseo se puede convertir en un suplicio para el perro y para la persona y se produce un peligroso deterioro de la relación, que deja de basarse en el respeto, comunicación y cooperación entre ambos para pasar a basarse en el  miedo. Por lo tanto, si aparece algún otro problema, algo bastante probable tal y como hemos comentado anteriormente, nos quedaremos sin armas para resolverlo (el collar no va a resolver nunca un problema de reactividad o de agresividad, sino todo lo contrario)
  • ¿Que pasa cuando no tienes collar de castigo?: Si depositamos todas nuestras esperanzas en el uso de un collar es mas que probable que nuestro perro no nos haga ni caso cuando no lo lleve puesto o cuando esté suelto, con lo que seguiremos deteriorando el vínculo y generando estrés en nuestros perros y en nosotros mismos.

¿Y entonces que alternativa tenemos? Hace unos días nos comentaba una persona que leyó nuestra publicación sobre el mito del perro dominante que le había gustado mucho pero que no explicabamos los motivos por los que se producían ciertos comportamientos que tradicionalmene se asocian con un perro dominante. En todos nuestros artículos intentamos dejar la misma idea general de que hay que conocer a nuestro perro (no es lo mismo que tire porque tiene ansiedad por ir al parque, porque tiene miedo, porque simplemente sabe que cuando tira consigue llegar a donde quiere, etc.), cubrir sus necesidades y fortalecer el vínculo con él (es lo que nos garantizará disfrutar de nuestro compañero de vida y obtener un comportamiento fiable y duradero). En este artículo dábamos algunos consejos sobre que hacer si nuestro perro tira de la correa. En todo caso,  si nuestro perro tira mucho, podemos utilizar un arnés con anilla en el pecho que nos permitirá redirigirlo con mas mas facilidad y sin necesidad de utilizar un collar de castigo. Siempre recomendamos la ayuda de un buen profesional que nos aconsejará y guiará para resolver el problema (ojo, que no es oro todo lo que reluce. Informaos bien y buscad referencias antes de contratar a uno).

En resumen, los collares de castigo son ilegales en muchos lugares y estamos seguros de que, antes o después, acabarán siéndolo en muchos otros. Porque estos collares hacen daño a los perros y generan problemas mucho mas graves que los que se pretende evitar. No caigáis en el error de elegir el camino aparentemente mas fácil y si alguien os recomienda alguna vez su uso, no dudéis en darle la respuesta correcta: ¿Collar de castigo? No, gracias.

Y recordad lo más importante…. ¡¡¡No os olvidéis de disfrutar de vuestro perro!!!

Puedes consultar todas nuestras publicaciones siguiendo este enlace.

 

 

 

 

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